Muchos son los cuadros que se nos vienen a la mente cuando hablamos de pinturas famosas. Tiziano, Botticelli, Da Vinci, Pollock, Van Gogh, Rubens, Velázquez, Goya… son solo algunos de los nombres que se encuentran tras los lienzos más reconocibles de la Historia del arte.
La lista que os presentamos reúne los 10 cuadros más famosos del mundo, aquellos que todos conocemos, seamos amantes de la pintura o no.
10 El Jardín de las Delicias

El pintor Jheronimus van Aken, más conocido como El Bosco, fue un gran desconocido para muchos hasta que, en el año 2016, el Museo del Prado, celebró una exposición temporal dedicada al visionario neerlandés. 600.000 visitantes pusieron su atenta mirada sobre una de las pinturas más famosas del mundo: El Jardín de las Delicias.
Este tríptico realizado a finales del siglo XV nos muestra el trágico destino que correrá la humanidad. Sus brillantes colores, el detallismo de sus figuras y lo anecdótico de algunas de sus escenas conforman la visión, de izquierda a derecha, del Paraíso, el Jardín de las Delicias y el Infierno. El nexo común de los tres paneles es el pecado, que conducirá a los hombres y las mujeres, de manera irremediable, a sufrir por el goce de los placeres pecaminosos.
9 Las tres Gracias

Las salas del Museo del Prado acogen, también, nuestra siguiente obra de fama mundial. Las tres Gracias del pintor Pieter Paul Rubens, que hoy se exhiben en las salas de una de las pinacotecas más importantes del mundo, fue concebida para uso privado del pintor.
La mujer de la izquierda se ha identificado con su segunda esposa, Helena Fourment. Las otras dos figuras parecen darle la bienvenida. Como era común en Rubens, el tema mitológico es adaptado a su propia realidad.
Es uno de los cuadros con los que mejor se ejemplifica la visión que tiene Rubens sobre el cuerpo femenino. Pero no solo Rubens, el canon de belleza del siglo XVII era muy diferente al nuestro. La belleza era sinónimo de anchas caderas, generosas carnes y una tez blanca.
8 El Guernica

Para admirar esta obra del malagueño más famoso del mundo, habremos de desplazarnos del Museo del Prado al Museo Reina Sofía.
Este “mural” fue adquirido por el Estado español en el año 1937. El estallido de la Segunda Guerra Mundial forzó a que el cuadro se marchase a Nueva York, custodiándose en el MOMA hasta el año 1981, cuando el cuadro volvió a España.
Los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa de Guernica, inspiraron al artista para representar los horrores de tal suceso. Todo un manifiesto contra la barbarie y el horror de la guerra. La sobriedad cromática, las formas geométricas, de marcadas aristas y el carácter trágico de la escena, convirtió al Guernica en símbolo de los conflictos que desgarran a la humanidad.
7 La joven de la perla

Este quizá es uno de los casos más evidentes en los que reconocemos el cuadro, pero, a duras penas, el nombre del artista.
Johannes Vermeer inmortalizó la belleza de esta joven y la luz que emanaba de la perla que pendía de su lóbulo izquierdo.
Se trata de uno de los retratos más famosos de la historia del arte. Sobre el fondo negro, se dibuja el rostro de una enigmática joven, tocada con un turbante de color azul ultramar, uno de los pigmentos más caros de la época.
Este retrato es realmente un tronie, un género pictórico típico de la Holanda del siglo XVII que consiste en la representación de un personaje anónimo, cuya finalidad principal era que el pintor demostrara su habilidad técnica.
6 El beso

El beso por antonomasia del género pictórico. Gustav Klimt, este beso y sus inconfundibles dorados, reúnen a miles de personas cada día en el Österreichische Belvedere de Viena para admirarlo.
La mujer recibe el beso en la mejilla de su amado, mientras que la naturaleza cubre a las figuras de arriba abajo. Las flores que proliferan a lo largo de sus cuerpos nos hablan de un terreno fértil que sostiene a los enamorados.
Lo cierto es que el cuadro de El beso relanzó la carrera de Klimt en un momento en el que su reputación estaba algo dañada a causa de la frecuente presencia de desnudos en sus obras, consideradas “pornográficas” y “excesivamente pervertidas”.
5 El Nacimiento de Venus

La Gallería de los Uffizi de Florencia tiene el honor de exhibir una de las obras más famosas y más queridas por el público en general.
Bien sea por su simetría, la calidez que transmiten las figuras, los tonos equilibrados o la grácil mano de Botticelli, este cuadro emanó desde siempre un encanto especial. Botticelli avanza desde un tardío gótico, que daba ya sus últimos coletazos, hacia el Renacimiento.
En el cuadro vemos el nacimiento de la diosa del amor, que es traída a la orilla suspendida en una venera. Ahí, la recibe Flora, diosa griega de la primavera, que trata de cubrir el cuerpo desnudo de la diosa con un manto, mientras que el soplo de Céfiro y Cloris provoca el movimiento del cabello Venus y le ayuda a llegar a tierra firme.
4 El grito

Hemos visto el beso más famoso de la historia. Vamos ahora con el grito por excelencia inmortalizado en esta obra de Munch.
Realizado en el año 1893, esta obra está considerada como un símbolo universal que transciende razas, sexos y nacionalidades. La obra se ha interpretado como el grito desgarrador de aquel que sufre de una profunda angustia y desesperación existencial. Es por ello que, El grito, constituye el espejo en el que veamos reflejados nuestros miedos. Un hombre se detiene en medio de un puente. Ha debido vislumbrar algo espeluznante que nosotros, como espectadores, solo podremos llegar a imaginar.
La obra despertó desde sus inicios una gran admiración y tuvo un enorme éxito parala crítica de finales del siglo XIX.
3 Las Meninas

Este cuadro no necesita presentación. Tampoco el artista que le dio vida. Velázquez y sus Meninas constituyen una unión indisociable. Existe una anécdota que cuenta que a Dalí le preguntaron que, en caso de que el Museo del Prado sufriera un incendio y tuviera que salvar una obra, cuál sería. Dalí, no vaciló: “Salvaría el aire de las Meninas, porque es el aire de mejor calidad que existe”.
Es la obra de mayor tamaño de las que pintó el genio sevillano y, también, el que más controversia, en torno a su significado, ha generado. En lo que parecen estar de acuerdo los expertos es en la reivindicación, por parte de Velázquez, de su oficio como una actividad noble.
Las Meninas fue una obra revolucionaria, compleja en su composición y con elementos, como la presencia del espejo, que hace del cuadro una reflexión sobre el acto de ver. Nos lleva a preguntarnos sobre los límites entre pintura y realidad y sobre su propio papel dentro del cuadro.
2 La noche estrellada

Símbolo del arte moderno, fue pintada en un momento en el que Van Gogh se encontraba internado en el sanatorio de Saint Rèmy. Tras el incidente que provocó la pérdida del lóbulo de su oreja, Van Gogh ingresó en el sanatorio, donde las alucinaciones empezaron a ser cada vez más frecuentes.
La noche estrellada capta la visión que tenía desde la ventana del sanatorio, la cual le sirvió de inspiración. Mediante las pinceladas que formaban espirales, dotó de movimiento al cielo nocturno y resaltó la luz que emanaban las estrellas.
Se ha querido dar un significado simbólico al ciprés que domina el margen izquierdo del cuadro. El ciprés es el árbol de los cementerios, por lo que puede interpretarse cierta alusión a la muerte por parte del artista. Van Gogh murió un 29 de julio de 1890, unos meses después de pintar la que, hoy día, es su obra más famosa.
1 Mona Lisa

El enigma de su sonrisa hizo que la fama de este cuadro subiera como la espuma. Pintada por el hombre del Renacimiento por antonomasia, Leonardo Da Vinci, en el año 1503, se encuentra, hoy en día, en el Museo del Louvre.
Se trata de un retrato de ¾ probablemente de la esposa de Il Giocondo, de ahí su popular sobrenombre. El término Mona Lisa, hace alusión al diminutivo italiano de la palabra madonna mientras que Lisa corresponde al nombre de la retratada.
Se trata de un cuadro novedoso, principalmente, por dos aspectos: por un lado, la técnica del sfumato, que tanto popularizó el artista y, por otro, el desarrollo de la perspectiva área, método por el cual sea crea una sensación de profundidad en la pintura.
Por desgracia, el paso del tiempo ha hecho mella en el retrato. Medio millón de craqueladuras surcan el rostro de Mona Lisa. Junto a estas pequeñas gritas, los colores se han ido oscureciendo con los años y las sucesivas aplicaciones de las capas de barniz.